Holaa Tanto tiempo! empiezan las vacaciones hoy!! voy a poder publicar más seguidos los caps, no pude esta semana... por que ando atareada con mis proyectos artísticos :3 soy feliz haciendo cosas plásticas y dibujando, soy una artista de todo corazón, por lo que se vivo haciendo hasta lo más mínimo artísticamente que pueda. Considero el arte plástico y el dibujo como la forma de expresión más pura y amplia que conozco, y me da mucho gusto crear. Pero amo tanto dibujar como escribir, obvio, soy de dibujar más... pero Dibujar, Escribir y Leer, en ese orden, son las cosas que más amo en el mundo, después le sigue Escuchar música y mirar, amo mirar, observar, contemplar. Ya no los molesto más! que disfruten el capitulo tres!! <3 br="">
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Sus vidas estarían juntas y tendría que gastar el doble de su energía. Se le mezclaron todos sus pensamientos negativos. Sophie no sabía que hacer, comprendía la situación pero era la primera vez que había visto tan desesperada a Julia, ella siempre mantenía la compostura y la calma, pero esta vez toda su coraza se había roto y a Sophie no se le hizo fácil manejar su situación.
-Vamos Julia, tranquila- dijo por fin algo contrariada Sophie, aunque seguía abrazándola en el suelo- no creo que lo vaya a decir por ningún lado, tenes que hablar con él y explicarle tus razones, seguro que te entiende.
-No creo- dijo ella aún llorando, no respiraba como habitualmente lo hacía.
-Si intentaba hacerte algo, le bajo todos los dientes y te hago collares con cada uno para que los guardemos de trofeo. No te preocupes, yo estoy con vos.
-Gracias- dijo Julia un poco más tranquila, notó la preocupación de su amiga en sus ojos y comenzó a calmarse. Su llanto cesó después de un rato, y se sintió muy agradecida de que Sophie fuera su amiga y estuviera con ella. Nunca había sentido tanta frustración.
-Cuando salgas vamos, si queres, juntas al colegio. Llamo a Benja y lo cancelamos, total, nos vemos en el colegio todos los días. Vos me necesitas más en estos momentos.
-No! no, vos andá con benjamín. Yo me cambio y voy al colegio, nos encontramos allá, no te preocupes.
-No, mi salida puede esperar, no te puedo dejar acá como estás. Si vas al colegio, cuando tengas que enfrentarlo seguro que te vas a poner mal. Quiero estar con vos por las dudas. Te espero afuera, cambiate y yo llamo a Benja. No te preocupes- dijo ella mientras la ayudaba a levantarse.
-Gracias- la abrazó Julia.
Aunque la entristecía ser la que destruyera su cita, sinceramente necesitaba su apoyo psicológico. Sophie salió a llamar a su novio para informarle el cambio de planes pero siempre escondiendo que Julia era Julián.
Mientras tanto, la afectada, siguió vistiéndose.
Se puso frente al espejo de pie que se encontraba al costado del casillero de ropa individual de los cuatro empleados, los empleados del primer turno, Sophie y Julián los empleados del segundo turno, Nicolás y Josefina. Sophie y Julia se vestían juntas porque ambas eran mujeres pero en el caso de Nicolas y Josefina, se cambiaba la chica en el vestuario y su compañero en el baño.
Julia se vió todavía sin ropa frente al espejo y observó su odioso cuerpo, este era tan sencillo y amorfo que le facilitaba demasiado parecerse a un hombre. Y encima tenía celulitis. A Julia no le hacía gracia, le hubiera gustado ser agraciada como Sophie, con piernas y caderas femeninas, y por lo menos, pechos medianos. Pero sin embargo, de sus hermanas era siempre la menos beneficiada.
Ella era la mediana de tres hermanas, las otras dos se llamaban Antonela y Anabella. Su hermana mayor, Antonela, era inteligente y madura, su carrera la hacía destacar ante sus hermanas menores y esto a Julia le aumentaba el nivel de presión, más del que se auto exigía.
No solo eso, si no que ella poseía, en comparación con ellas, caderas anchas y femeninas. En cambio, Anabella era una persona libre y espontánea, tímida pero rápida para pensar y remontar las situaciones que la hicieran quedar mal.
No aparentaba estar preocupada o sentirse presionada por sus hermanas mayores, aunque Julia presentía que no le gustaban algunas comparaciones que hacían de ella. Su pasión era estar al tanto de todo y siempre se le ocurrían preguntas para hacer. Su energía era mayor que la de sus hermanas, y siemrpe conseguía ganarse el corazón de sus padres. Su personalidad divertida opacaba siempre el humor lento y difícil de Julia, con el autoestima por el suelo que su ella tenía, sin duda prolongaba su presión.
Sin contar que su hermana menor estaba dotada de pechos superiores a los de sus hermanas. Julia no poseía la inteligencia y sabiduría de Antonel, ni la frescura y espontaneidad de Anabella
y era un conjunto de lo que a sus hermanas les faltaba. A la mayor busto, a la menor, muslo. Sin lugar a dudas, Julia estaba deprimida, y ahora, gracias al incidente, podría suceder que en lo único en lo que se destacaba, no la dejaran seguir trabajando.
Se terminó de cambiar y peinar como mujer, con una camisa a cuadrillé roja y negra manga larga, unos jeans apretados y sandalias taco bajo, y de una pequeña parte de su mechón largo, una trenza hacía atrás. Salió dirigida a Sophie, la cual al ver su cara descolorida y decaída, con el delineado un poco corrido de haber llorado luego de ponérselo, la abrazó nuevamente y se fueron del local dirigiéndose a la casa de Julia.
Cuando volvieron de su casa, ya habiéndose comido todo lo que se cruzara por su camino,
se dirigieron al colegio.
-Recemos por que no vaya al colegio- dijo Julia con un rastro de esperanza.
-Pero Julia, sos atea, no sabes rezar- dijo regresándola a la cruel realidad su amiga- segundo, ayer empezó el colegio, seguro que va a ir. En el caso de que vaya, que vas a hacer?
-Yo?
-No, el espíritu santo, claro que vos! Qué? Pensas que este "secreto" va a salir barato?- dijo ella comiendo el helado que habían comprado gracias a la angustia de Julia.
-No creo que sea capaz..
-Que inocente.. Vamos a ver, para mi que te va a pedir que seas su esclava- sonrió socarronamente.
-Esclava?!- Julia nunca había pensado eso, su cabeza había empezado a maquinar nuevamente.
-Sexual- dijo Sophie guiñándole el ojo y al ver la reacción de asco y sorpresa, que ella esperaba de su pudorosa amiga, se desternilló de la risa- tu cara fue genial, aunque no te hagas la inocente, aunque no creo que sea tan impúdico. Pero andá preparada para lo peor, algo a cambio te va a pedir.
-Tiente lógica, en parte...
-Otra cosa, yo no voy a poder estar con vos cuando hables con él… Pero no vas a decidir sola, yo te ayudo. Vos vas a esperar a que él te diga qué hacer a cambio de guardar tu secreto. Cuando te haga la oferta, le decís que lo vas a pensar y me decís la propuesta y yo te digo si tenés que aceptar o no. Entendido?
-Si, me parece bien... Gracias nuevamente.
-Si seguís agradeciendo por pelotudeses, me voy a comer el helado- dijo Sophie arrebatando el pote de medio kilo que habían comprado.
Cuando llegaron al colegio no había rastro alguno del culpable de los problemas que Julia tenía en esos momentos. Sophie se sentó con ella como de costumbre y esperaron a que llegara el profesor. Julia no podía creer que su suerte fuera tanta como para que él faltara y le hiciera el gran favor de no aparecer.
La chica ya cantaba victoria, le había vuelto el color al rostro cuando entró al aula, con el profesor comenzando la clase, Gaél que parecía malhumorado y más ojeroso de lo que usualmente estaba. Su cara reflejaba un claro malestar, como si hubiera visto un fantasma y estuviera pensando como atraparlo.
Julia sintió que sus tripas se retorcían como haciendo el baile de la lluvia. Se sentó junto a Gabriél, que lo saludó cordialmente. No se dió vuelta ni una sola vez para observar a Julia, esquivó su mirada e ignoró su presencia todo lo que pudo. Aunque ella ni lo miraba por las dudas, así no corría el riesgo de cruzar las miradas. Ella sabía que él no habría olvidado nada aunque lo deseara con todo su ser. En el primer recreo quiso que la tragara la tierra. Sophie la abrazó, le deseó buena suerte y fue a visitar a su novio que ya lo había plantado una vez.
El primer recreo Sophie siempre lo visitaba y en el segundo él venía a su aula.
Julia se quedó en su lugar del lado del pasillo, ya que Sophie siempre se sentaba del lado de la pared. Gaél se sentó del mismo lado de Julia, por lo que lo tenía en frente. Ella se levantó para ir al recreo, ya que él no le iba a hablar, pero cuando pasó al lado suyo, la detuvo agarrando su brazo. Ella pegó un respingo al sentir ese manotazo repentino.
-Tenemos que hablar- dijo él con mirada penetrante, Julia lo miró y trajo todo el aire que pudo, despues de que él la soltara, se volvió a sentar en su asiento. Él se dió vuelta para hablar con ella.
-Ibas a huir.
-No, esperaba que vos empezaras a hablar- mintió un poco al negarlo Julia. "Claro que huyo, me viste en ropa interior! No quiero ni que te me acerques"
-Primero en principal, si no te lo aclaro probablemente no podamos conversar. No te preocupes, no vi nada que te afecte al autoestima. Tengo una prima que suele salir del baño del baño en ropa interior estando mi hermano y yo presentes. No es gran cosa.
-B-bueno, eso no me ayuda, pero era algo que tenías que aclarar... creo- "Idiota, no soy tu prima, pervertido!"
-Bien, segundo punto. ¿Qué sos? Te vestís de chico porque.....
-Es mi uniforme de trabajo, como le digo a Sophie, no soy una empanada repartiendo folletos, soy una chica disfrazada de chico para vender un servicio de mesera... o mesero. Nada que afecte a alguien.
-Entonces, descarto el hecho de que tu travestismo sea por otra razón. Sos homosexual?- preguntó un poco nervioso y avergonzado.
-Qué? No, no. Es solo un disfraz- "y si lo fuera no te incumbe".
-Ah- dijo aliviado- y porqué?
-Por qué, qué?
-Necesitas vestirte de chico? no podes hacer de vos misma?
-No, el trabajo es para un chico. Y no solo que es mi única forma de encontrar un trabajo cómodo, conozco al dueño y su familia, entre ellos Sophie. Es lindo trabajar con esa mascara. Me cuesta desenvolverme.
-No lo creo, eso es un problema solucionable de otra forma. No necesitas vestirte de chico, encima nadie sabe que sos chica!
-Y no lo tienen que saber! No podría hacer mi trabajo tranquila- "qué te tengo que explicar a vos?!"
-Pero te tratan como un chico, estoy seguro que a las chicas les gusta que las traten como tales.
-Yo no quiero que me traten como chica siendo chico- "claro, es lindo que nos traten como chicas, pero eso no es lo que necesito ahora"
-Estamos en el siglo XXI, no podes decíles a todos que sos chica y seguir disfrazándote de chico?
-Van a pensar lo que vos pensas, que soy travesti.
-Pero sos chica, vestite como tal.
-AH! no era que estábamos en el siglo XXI? Las mujeres usamos pantalones desde hace rato, y trabajamos, lo mismo, ese no es el problema-- "Machista y anticuado... por no mencionar homofóbico"
-Entonces... no pensas cambiar de trabajo? Aunque ese planteo no se justifique.
-En lo absoluto, necesito la plata, es un trabajo cómodo y estaba todo perfecto hasta que te enteraste de todo. No quiero mezclar mi vida de alumna sin carácter con mi trabajo, si alguien del grado fuera a Cute Cake, y supiera que soy Julián, no podría atenderlos bien, sabrían que soy chica y pensarían que soy travesti, perderíamos clientas y clientes, por no decir que perdería todo el respeto conseguido.
-De una mentira. Todas piensan que sos chico.
-Entonces hice las cosas muy bien-"No entendés? qué? caíste de tu cuna al nacer y te golpeaste la cabeza? Idiota! pareces un nene de dos años... es más, uno tan chiquito razonaría más rápido"
-Bueno, aunque no estoy de acuerdo, tengo una propuesta a cambio de mi silencio.
-Ya lo sabía- "Sophie tenía razón... espero que no haya acertado en todo" Julia se preparó para lo peor.
-Sí? bueno, yo no digo nada si vos ni nadie dice absolutamente nada de tu identidad, nadie tiene que saber que Julia es Julian.
-Eh? estuve explicando todo eso recién, no me escuchaste? No tenía intenciones de decirlo igual - Julia estaba muy sorprendida "sin duda, es un perfecto idiota. Julia aprovechá que lo es y no dejes pasar esta oportunidad"
-Bueno, vos no tenés que decir ni una sola palabra, ni bien alguien lo sepa, no uno, si no todo el mundo se va a enterar que vos sos quien sos. Te van a echar y bueno... todos sabrán que sos travesti- dijo riéndose.
-No soy travesti! Es una actuación!- dijo julia entrando en cólera- Eso solo? yo no tenía en mis planes decir nada... pero si eso querés.. Bien. Lo que sí, voy a pensar a respuesta si?, Mañana te digo, te parece?
-Porqué no en el segundo recreo?
-Porque tengo que pensarlo- se puso nerviosa porque la estaba presionando, no era buena poniendo excusas - No trabajo sola, mis decisiones afectan a mis compañeros de trabajo
-Bueno, pero mañana ni bien te vea me vas a decir la respuesta.
-Excelente- "infeliz! esto es perfecto. Ese trato estúpido va ser pan comido, jah, se lo informe a Sophie se va a llevar una sorpresa".
Cuando terminaron de negociar, el recreo ya había finalizado. Sophie miró al llegar del aula de su novio, cómplice. Pero esperaron al otro recreo para conversar. Lo tenían frente suyo, el más mínimo susurro a él lo iba a avivar de que Julia sin Sophie no actuaba.
-Me estás diciendo, que quiere que nadie se entere, bajo ninguna circunstancia? Que decepción! Pensé que iba a ser más divertido. Es un nene? Que se hace el que no quiere que seas su esclava personal? Me enferma... Y yo que pensaba que era un chico inteligente... No sabes si es homosexual? -No creo... No me importaría si lo fuera, sería su vida. Estoy feliz de que no tenga tu mente retorcida. Pero, parece muy sencillo... No? -...
-Que no te importa? Los novios funcionan solo si no son homosexuales! Pero... Por ahí le gusta tu lado Julián.
-Eh? No digas estupideces, no gusta de mi, solo piensa todo el tiempo en molestarme, por deporte.
-Si, molestarte, claro.
-Entonces que hago?
-Acepta, fue una negociación básica y absurda, no pensabas decir nada así que esa fue la pena minima. Alegrate!
-Si.. Aunque tengo un mal presentimiento de todo esto.
-Bueno, si es más inteligente, puede que te agarre desprevenida y..
-La, la, la, no te escucho!
- Julia salió del baño de mujeres tapándose los oídos y cantando para que su amiga dejara de decir cosas sin sentido.
-Yo te lo avisé, el que avisa no traiciona- sophie la siguió, el recreo había terminado.
El día comenzó para Julia, como siempre, temprano, cuando se levantó a las 5 y media para ir a su trabajo, al cual entraba a las 6. Se fue después de un básico desayuno de mate con galletas de agua. Ya en el local, se comenzó a vestir con su uniforme, que le llevaba su tiempo ponerlo adecuadamente para disimular sus formas femeninas. Mientras estaba abotonándose la camisa, recordó que la puerta del local estaba abierta, y que podían llegar a entrar ladrones. "Julia, no va a entrar nadie, usualmente la gente se levanta después de esta hora... Ponete el pantalón y andá a cerrar la puerta, cobarde!" Se estaba poniendo los pantalones luego de pensar en la posibilidad de que estaba en peligro y cuando atinó a ponerse los tirantes escuchó un ruido extraño en la entrada desierta de CuteCake. Sin pensarlo dos veces, atajó el pantalón sin tirantes con su mano izquierda y su mano derecha la armó con un fierro de una silla rota del lugar. Respiró hondo, tomó coraje y salió del vestuario, preparada para atacar a cualquiera que se pusiera en su camino "El padre de Sophie llega a las 6 y media siempre, Sophie media hora antes para terminar de ayudarme... Ellos no pueden ser." Ella vio una sombra y se sobresaltó. Por qué había dejado la luz apagada? Cuando logra tener a la sombra en frente, repentinamente la luz aparece en escena.
-Quien sos!? - gritó ella agitando asustada el fierro.
-Julia- dijo gaél mirando la escena, ella en camisa y con el pantalón sin tirantes que si lo soltaba se le caía de lo grande que era, sosteniendo el fierro en su mano libre, temblando. No pudo contener la risa- pareces un Chiwawa emocionado.
-Qué haces acá?- dijo tan aliviada en parte como asustada, atajando más el pantalón y sin bajar el fierro.
-Primero, vine a oir tu respuesta- dijo él mirándola fijo a los ojos, cambiando las carcajadas por seriedad- segundo... El paisaje no me molesta... Pero por favor, bajá el fierro, me podes lastimar, pero a vos te podes lastimar más que a mí. Gaél la observó de arriba abajo y sonrió pícaramente, medio movimiento de su mano derecha, la podía dejar en ropa interior si no atajaba el pantalón bien.
-Callate! Todavía tengo el fierro! Podes esperar a que me cambie y te diga la respuesta? - dijo ella retrocediendo hacia el vestuario, mientras él avanzaba hacia ella sin perder la distancia, mirándola fijo, como si ella fuera un indefenso ratón arrinconado y él el gato hambriento que buscaba el momento justo para dar el zarpazo final, siendo ella su víctima. Agarró ágilmente el fierro con ambas manos, y casi sin esfuerzos logró arrebatarlo de la mano de Julia, quien atinó a agarrarlo con su mano ocupada y casi se le bajan los pantalones, pero ella se lo atajó rápidamente.
-Bueno, casi veo nuevamente tu ropa interior, la anterior era rosa... La actual de qué color sería?- dijo Gaél soltando a un costado el fierro de Julia. Se reía de la expresión de horror que Julia hacía. "Es un pervertido!" pensó ella mientras incrementaba el odio que le tenía.
-Bueno, me voy a cambiar y te respondo.
-No!, contesta, si o no!- la agarró del mentón a Julia aprovechando que ella se atajaba el pantalón. Estaban cerca, sus respiraciones se chocaban y se miraban fijamente, como desafiándose.
-Sí, acepto la propuesta, me conviene, porque no iba a decir que yo era Julián, estás tranquilo?, soltame y déjame ir a cambiar, pesado!- dijo hirviendo de ira Julia, zafándose de él y saliendo en dirección al vestuario. Cerró la puerta con llave y no escuchó nada después, ella tenía la esperanza de que se fuera y la dejara en paz, pero algo le decía que la pesadilla recién comenzaba. Se puso el pantalón de dos partes, la de abajo que iba con cinturón, la camisa encima y la otra parte del pantalón encima, con los tirantes, encima de ellos el chaleco con su placa que rezaba "Julián" en dorado y los zapatos acordonados negros y relucientes. Se hizo el peinado masculino, aplastando con gel el mechón del costado izquierdo tras la oreja, y se lavó la cara, la sensación que tenía de estrés la estaba agobiando. Por último, se puso los guantes negros que casi no llegan a sus muñecas y salió lista para trabajar y dispuesta a ignorar a Gaél. Miró a su alrededor, Gaél estaba sentado en una silla de la misma mesa en la que se había sentado el día de su gran pelea. La miró observando su cambio.
-Ni rastros de chica en vos, sos un chico si miras sin prestar real atención, pero se nota en tu piel y en tu espalda, que seguís siendo una mujer. Lo que no se es como aprendiste a atar el moño ese en tu cuello. -Sencillo, este es mi trabajo, no me puede ganar un moño, cuando me lo enseñaron aprendí. Y es bueno que no se den cuenta que soy chica, ese es mi trabajo, hay cosas de los chicos que nunca voy a tener, pero si vos no me hubieras descubierto, seguro nunca te ibas a dar cuenta por deducción propia- dijo orgullosa de su buen trabajo. -Es verdad, sos una buena actriz.
-Sí, ahora dejame trabajar, en silencio.- dijo ella revolviendo los placares de la bodega/despensa donde guardaba los manteles, platos y cubiertos. Salió con una escoba y una palita, con un delantal puesto, para no ensuciar su uniforme. Barrió todo Cutecake, haciendo salir a Gaél hasta que terminara, y cuando terminó pasó el lampazo. Luego de terminar con eso, acomodó las mesas con la cantidad justa de sillas, buscó los manteles y se los puso, eran manteles rosa pastel con dos líneas negras en la parte del vuelo. Después de eso, Gaél se ubicó en su mesa, la cual casi ya había sido usurpada por él, y se puso a hacer la tarea. "Con tal de que no me moleste…". Siguió con sus quehaceres, ordenando las servilletas de papel en su servilletero verde pastel, ubicando cada uno en su correspondiente mesa. Acomodó en bandejas, condimentos que podrían pedir los comensales, e hizo lo mismo con los sobres de azúcar y edulcorante. Organizó las bolsitas de biscochos y galletas que estaban en la heladera y los puso en el aparador cercano a la caja registradora. Cuando acomodaba la vacía vidriera, gaél cerró las carpetas y se acercó a ella.
-No tenes pensado irte? No hay nada que hacer en tu casa?- preguntó Julián, ya que tenía voz de hombre. Mientras sacaba platillos de la heladera y los ponía en platos.
-No pienso irme, es verdad, voy a estar acá todas las mañanas, para poder ver si cumplís o no la promesa- dijo él sonriendo. Julia casi hierve.
-cómo? Estás loco? Voy a cumplir, no jodas! No vas a venir, tenes vida, me imagino. -No, no hago nada más que la tarea a la mañana, acá la voy a pasar bien y voy a hacer amigos, yo se que queres que me quede a hacerte compañía.
-No, por mi podes irte a hacer libremente tu vida, sin molestar en mi vida- "este mimado insufrible, lo mato, si no fuera porque tiene más fuerza que yo, lo mataría"
-No molesto, me quedo en mi asiento a hacer la tarea, voy a ser un cliente que consuma, no te preocupes. -sabes qué? Hace lo que quieras, me cansaste.- dijo Julia irritada, poniendo plato por plato en la vidriera.
-Esa es comida frisada? No tiene que ser comida recién hecha?
-La hace el padre de Sophie con su esposa antes de cerrar CuteCake, y lo frisa, y todo lo del día nos lo da a los empleados. La comida siempre está fresca.
-Mirá que práctico.
-Sí, lo que pasa es que vos no sos una persona lógica, haces las cosas de forma exótica, lo razonable para vos es distinto de lo razonable para mí.
-Bueno, entendí, te dejo hacer tu trabajo "tranquilo"- dijo caminando a su mesa nuevamente. Julia suspiró y siguió haciendo lo que hacía. Cuando terminó, acercó una escalerita y la puso bajo la pizarra grande que decía en rosa y verde pastel "Cute-Cake" en tiza, y al lado la lista de la especialidad del día. Julia borró la lista anterior y comenzó a escribir la nueva lista. Su cara parecía alegre, como si lo que la rodeara se desvaneciera, escribir y dibujar el cartel le gustaba. Ella adoraba su trabajo tanto como adoraba dibujar, se notaba en su rostro el placer de hacer lo que estaba haciendo, y Gaél lo estaba confirmando. La veía y parecía otra persona, no esa chica disfrazada de chico con el ceño fruncido, ahora era distinta, reflejaba en ella tranquilidad y satisfacción.
-Porqué sonreís?- le preguntó Gaél, como ella estaba de espaldas, al bajar las escaleras no vió a Gaél en su asiento.
-Sonreír? Jah, no sonreía, por ahí parecía menos enojado. No me molestes. La pizarra es mi especialidad, disfruto dibujándola. Cuando terminó de bajar, se dió vuelta y tenía a pocos centímetros de ella a Gaél.
-No se ve muy seguido esa expresión en tu cara- dijo él acercándose mirándola a los ojos. -Es necesario recalcar que estas en mi espacio personal, lo venís haciendo seguido. Podes alejarte un poco, digo, me estas invadiendo- dijo entre avergonzada y enfadada Julia.
-Te pongo nervioso, Julián? Somos amigos, no? - dijo él sin alejarse.
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